A sus 90 años recién cumplidos, –¿para cuándo el homenaje que se le debe?– don Julián Marías reconoce, con humildad, que se ha leído casi todos los libros que inundan su casa, por todas partes. Su salón está presidido por un cuadro de la Anunciación, lo primero que tuvieron, antes incluso de tener un sofá, porque a su mujer le encantó. Filósofo católico, discípulo de Ortega y Gasset, mira con cariño y optimismo todo lo que le rodea